lunes, 7 de mayo de 2007

La vida es muy valiosa Yomero...

La histeria se había apoderado de sus mentes. Lo único en lo que podían pensar era en que iban a morir ahi, por la hipotermia, la 'barrancada' o el hambre. Con lágrimas en los ojos hablaban de lo que les hubiera gustado hacer en la vida, lo malo que habían hecho y cuan arrepentidos estaban de haberlo hecho...
Se quedaron ahí un rato más, solo tiritando.
En un arranque de miedo, Yomero se acercó una vez mas al tobogán y comenzó a subirlo. Con desesperación y agarrándose de lo que pudo, estaba casi a la mitad. El agua entraba por el cuello de su remera y le tapaba la visión, pero Yomero estaba decidido. Apoyándose con codos, rodillas, manos, panza y todo lo que sirviera para hacer contacto con el tobogán de piedra. Yomero consiguió llegar hasta arriba.
Estaba como loco, al fin iban a poder salir de ahí. Yomero se asomó y vió que el Toka estaba tratando de acercarse al tobogán.
"Trata de subir!!!"--gritó Yomero, "yo trataré de jalarte!!!"
Yomero se acostó en el tobogán boca abajo, deteniéndose con las puntas de los pies de las rocas... Estiró los brazos tanto como pudo, y esperó a que el Toka subiera. Sintió las puntas de los dedos en sus manos y comenzó a tirar. El Toka se agarró de sus brazos y subió por encima de Yomero.
Yomero casi se ahogó. El Toka lo tomó por los pies y lo jaló hacia arriba. Se abrazaban y saltaban de gusto.
La luz casi se había extinguido, así que no lo pensaron ni un momento. Comenzaron a caminar por el lecho del rio hacia arriba. Se encontraron con la otra cascada, que les hizo lo que el viento a Juárez. Siguieron sin detenerse hasta donde encontraron en camino que subía al cerro. Iban casi corriendo, porque la oscuridad se avecinaba...
Tuvieron que volver a subir por el cerro; cuando llegaron a la entrada del segundo túnel [que esta vez era el primero] ya estaba totalmente oscuro. Sólo un poco de luz de la luna les permitía seguir el camino. Entraron al túnel, agarrados de la mano [perdón Toka pero algún día se iba a saber de todos modos] y cruzaron tan rápido como pudieron. Lo mismo hicieron con el segundo túnel. Las nubes bloqueaban la luz de la luna intermitentemente. Cuando llegaron al pueblo de Palo Verde la oscuridad lo llenaba todo. Abajo se podían ver las luces de los pueblos de Nogales y Mendoza.
Siguieron caminando cerro abajo. De repente tropezaban con las rocas o ramas que el camino les iba ofreciendo. Sin embargo, no se detuvieron hasta llegar a la rotonda de los ñiños héroes. Siguieron caminando hasta llegar a sus casas.
Yomero iba lleno de alegría. La vida había cambiado para el desde ese día. Ahora las cosas tendrían un valor diferente. Dejaría de pensar en las cosas materiales. Comenzaría a decir a la gente lo que sentía por ellos. Viviría cada día como si fuera el último de su existencia.
Pensaba en sus amigos:¿Los andarían buscando? ¿Estarían pensando que habían muerto ya?¿Ru habría llamado ya a las fuerzas armadas? ¿Andaría la Cruz Roja buscando sus cuerpos inertes en el río?
Cuando entró a la casa de la Ru, lleno de lodo de pies a cabeza, adolorido, mojado, muerto de hambre, vió luz en el cuarto de Ru... Se dirigió hacia allá y le dijo: "Mamá, [Yomero nunca le decía mamá a la Ru], ya estoy en casa.....!"
A lo que Ru le contestó: "¿No estabas?"
Fin de la aventura de Yomero

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pues asi es la vida... realmente cuando nos pasan cosas fuera de lo comun es cuando realemnte valoramos lo que tenemos y que debes de seguir adelante SOLO TENEMOS 1 VIDA!

Y que cosas de mama de Yomero.. le pasa algo y ni cuenta se da! jaja

Anónimo dijo...

cierto, yo igual he dicho eso, y si me cambio, no tanto pero si, fue en los hilos de plata, precisamente en nogalesYork, fue una experiencia sobrenatural que me cambio

chiunti