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“No me parece tan descabellado…” –pensó Yomero, “y hasta llegamos más rápido”.
Había dos opciones: regresar por el camino andado, teniendo que volver a subir por la empinada ladera hasta la piedra del Águila, volver a pasar los túneles, el ‘puente’ hecho de durmientes, y luego cruzar el pueblo de Palo Verde, para al final volver a bajar el cerro y llegar a la rotonda de los Niños Cantores de Viena, ó, seguir el cauce del río, de agua fresca y cristalina, cuesta abajo, hasta llegar a Nogales City, y tomar un autobús para regresar a casita.
Nadie le hizo segunda al Toka, excepto Yomero. La Gansa estaba dudoso, porque debido a su accidente no quería volver a pasar por lo mismo, pero al final decidió regresar por el camino andado.
Yomero y el Toka se miraron uno al otro. Les pareció que los demás eran muy tontos. El grupo se separó.
Caminar por el cauce del río, saltando por las rocas y caminando en el agua, era más fácil de lo que parecía. El paisaje era de película, el agua estaba helada, y los rayos del sol iluminaban todo.
“Lo bueno es que no tendré que volver a pasar por los túneles, y menos por los durmientes. Que buena idea tuvo el Toka.” –pensaba Yomero mientras saltaba por las rocas.
Así trascurrió el tiempo, avanzando por el río, saltando sin parar.
De lo que Yomero y el Toka no se habían dado cuenta [o no parecían darse cuenta] era que las paredes se iban haciendo más verticales conforme avanzaban. El cauce también se iba haciendo más estrecho, y debido a esto la velocidad del agua se incrementaba. Ya les costaba cierto trabajo caminar por el agua, y en una ocasión Yomero se cayó, y empujado por la corriente rodó algunos metros. También la profundidad del cauce aumentaba gradualmente.
Yomero sintió que el agua le llegaba allacito. Ya no había forma de caminar fuera del agua, porque las paredes eran muy inclinadas. Poco a poco el sol dejaba de iluminar el ambiente.
Como casi no había sol y el agua estaba bastante fría, les salía ‘humito’ al respirar. Yomero pensó en las 10 gorras que traía en su mochila, “Nomás las traje a mojarse” –pensaba.
La altura y la velocidad del agua ya eran considerables. Les costaba mucho trabajo mantenerse de pie.
“El único problema es que no sé nadar” –dijo el Toka.
“Pus ‘orita aprendes” –contestó Yomero.
Yomero caminaba detrás del Toka, que iba muy emocionado. En eso comenzaron a escuchar que el agua ya producía ruido, debido a que la corriente era bastante fuerte. Las curvas del cauce no dejaban ver que había más adelante, y eso a Yomero no le daba muy buena espina.
A la vuelta de una curva, encontraron que había una pequeña ‘cascada’ de agua, de unos 2.5 metros. Ni siquiera lo pensaron, y ambos saltaron al agua. Primero Yomero, para que cuando el Toka cayera, Yomero lo sacara. La fosa que producía la caída del agua no era demasiado profunda, por lo que rápidamente ambos estaban de pie, para seguir la aventura. Siguieron caminando por el agua, avanzando por las curvas que el mismo río producía.
Pero conforme avanzaban, el ruido del agua parecía mas fuerte. “Debe ser porque las paredes de piedra son mas altas” –pensó Yomero.
No pasaron muchas curvas antes de que se encontraran con otra caída de agua. Sólo que esta vez tenía como 7 metros de alto. El agua se dividía en dos al llegar a la cascada. Por un lado el agua caía libremente, produciendo un ruido estruendoso. Por el otro lado, el agua caía por un ‘tobogán’ de piedra, silenciosa y rápidamente.
La altura los hizo dudar un momento.
“Yo creo que está muy alta, mejor nos regresamos” –dijo Yomero, “que tal si más adelante hay una cascada más grande”.
“No seas coyón” –dijo el Toka, “Y además no creo que haya más cascadas”.
Así que repitieron la táctica. Yomero debía lanzarse por el tobogán, caer a la fosa de agua, y salir para esperar al Toka y no permitir que se hundiera.
La fuerza del agua era mucha. En cuanto Yomero se sentó en el tobogán y se soltó, el agua lo llevó rapidamente a la fosa y lo hundió. Yomero llevaba su reloj Casi-o de chorrocientas mil memorias, que ese día dejó de existir. Cuando Yomero estaba bajo el agua, miró hacia arriba y claramente pudo ver el cielo azul y las paredes del cañon.
Salió del agua y le hizo la seña al Toka para que se lanzara. “Cuando pase frente a mi lo agarro de la ropa” –pensó Yomero. Pero el Toka pasó tan rápido que Yomero no lo pudo detener; con la mano buscaba dentro del agua, pero no encontraba nada. Tuvo que meter la cabeza al agua y alcanzó a ver los cabellos del Toka. Tomó su cabello y jaló.
¡Bien! –exclamaban ambos mientras el júbilo les llenaba la existencia; Rambou se quedaba corto junto a ellos.
Siguieron avanzando por el río. Tenían que gritarse para poderse escuchar.
“Como que hace hambre Toka” –dijo Yomero, “a ver si ves una de las tortas que lanzamos”.
De repente, Yomero se quedó sin habla. Frente a ellos había otra cascada, sólo que esta vez era muy alta. Yomero le calculó unos 15 metros.
“¿Qué hacemos Toka?” –chilló Yomero, “ésta si está muy alta”.
“¿Cómo que qué hacemos Yomero? , pues vamos a saltar!!!!”
Continuará…
Había dos opciones: regresar por el camino andado, teniendo que volver a subir por la empinada ladera hasta la piedra del Águila, volver a pasar los túneles, el ‘puente’ hecho de durmientes, y luego cruzar el pueblo de Palo Verde, para al final volver a bajar el cerro y llegar a la rotonda de los Niños Cantores de Viena, ó, seguir el cauce del río, de agua fresca y cristalina, cuesta abajo, hasta llegar a Nogales City, y tomar un autobús para regresar a casita.
Nadie le hizo segunda al Toka, excepto Yomero. La Gansa estaba dudoso, porque debido a su accidente no quería volver a pasar por lo mismo, pero al final decidió regresar por el camino andado.
Yomero y el Toka se miraron uno al otro. Les pareció que los demás eran muy tontos. El grupo se separó.
Caminar por el cauce del río, saltando por las rocas y caminando en el agua, era más fácil de lo que parecía. El paisaje era de película, el agua estaba helada, y los rayos del sol iluminaban todo.
“Lo bueno es que no tendré que volver a pasar por los túneles, y menos por los durmientes. Que buena idea tuvo el Toka.” –pensaba Yomero mientras saltaba por las rocas.
Así trascurrió el tiempo, avanzando por el río, saltando sin parar.
De lo que Yomero y el Toka no se habían dado cuenta [o no parecían darse cuenta] era que las paredes se iban haciendo más verticales conforme avanzaban. El cauce también se iba haciendo más estrecho, y debido a esto la velocidad del agua se incrementaba. Ya les costaba cierto trabajo caminar por el agua, y en una ocasión Yomero se cayó, y empujado por la corriente rodó algunos metros. También la profundidad del cauce aumentaba gradualmente.
Yomero sintió que el agua le llegaba allacito. Ya no había forma de caminar fuera del agua, porque las paredes eran muy inclinadas. Poco a poco el sol dejaba de iluminar el ambiente.
Como casi no había sol y el agua estaba bastante fría, les salía ‘humito’ al respirar. Yomero pensó en las 10 gorras que traía en su mochila, “Nomás las traje a mojarse” –pensaba.
La altura y la velocidad del agua ya eran considerables. Les costaba mucho trabajo mantenerse de pie.
“El único problema es que no sé nadar” –dijo el Toka.
“Pus ‘orita aprendes” –contestó Yomero.
Yomero caminaba detrás del Toka, que iba muy emocionado. En eso comenzaron a escuchar que el agua ya producía ruido, debido a que la corriente era bastante fuerte. Las curvas del cauce no dejaban ver que había más adelante, y eso a Yomero no le daba muy buena espina.
A la vuelta de una curva, encontraron que había una pequeña ‘cascada’ de agua, de unos 2.5 metros. Ni siquiera lo pensaron, y ambos saltaron al agua. Primero Yomero, para que cuando el Toka cayera, Yomero lo sacara. La fosa que producía la caída del agua no era demasiado profunda, por lo que rápidamente ambos estaban de pie, para seguir la aventura. Siguieron caminando por el agua, avanzando por las curvas que el mismo río producía.
Pero conforme avanzaban, el ruido del agua parecía mas fuerte. “Debe ser porque las paredes de piedra son mas altas” –pensó Yomero.
No pasaron muchas curvas antes de que se encontraran con otra caída de agua. Sólo que esta vez tenía como 7 metros de alto. El agua se dividía en dos al llegar a la cascada. Por un lado el agua caía libremente, produciendo un ruido estruendoso. Por el otro lado, el agua caía por un ‘tobogán’ de piedra, silenciosa y rápidamente.
La altura los hizo dudar un momento.
“Yo creo que está muy alta, mejor nos regresamos” –dijo Yomero, “que tal si más adelante hay una cascada más grande”.
“No seas coyón” –dijo el Toka, “Y además no creo que haya más cascadas”.
Así que repitieron la táctica. Yomero debía lanzarse por el tobogán, caer a la fosa de agua, y salir para esperar al Toka y no permitir que se hundiera.
La fuerza del agua era mucha. En cuanto Yomero se sentó en el tobogán y se soltó, el agua lo llevó rapidamente a la fosa y lo hundió. Yomero llevaba su reloj Casi-o de chorrocientas mil memorias, que ese día dejó de existir. Cuando Yomero estaba bajo el agua, miró hacia arriba y claramente pudo ver el cielo azul y las paredes del cañon.
Salió del agua y le hizo la seña al Toka para que se lanzara. “Cuando pase frente a mi lo agarro de la ropa” –pensó Yomero. Pero el Toka pasó tan rápido que Yomero no lo pudo detener; con la mano buscaba dentro del agua, pero no encontraba nada. Tuvo que meter la cabeza al agua y alcanzó a ver los cabellos del Toka. Tomó su cabello y jaló.
¡Bien! –exclamaban ambos mientras el júbilo les llenaba la existencia; Rambou se quedaba corto junto a ellos.
Siguieron avanzando por el río. Tenían que gritarse para poderse escuchar.
“Como que hace hambre Toka” –dijo Yomero, “a ver si ves una de las tortas que lanzamos”.
De repente, Yomero se quedó sin habla. Frente a ellos había otra cascada, sólo que esta vez era muy alta. Yomero le calculó unos 15 metros.
“¿Qué hacemos Toka?” –chilló Yomero, “ésta si está muy alta”.
“¿Cómo que qué hacemos Yomero? , pues vamos a saltar!!!!”
Continuará…
1 comentario:
las cascadas me recuerdan una vez que me fui camino mas adentro pasando los Hilitos de plata, supongo que era por ahi, esas aventuras como las de yomero son imborrables! yo igual tengo muchas asi :D
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