miércoles, 28 de febrero de 2007

"Toro... Torito...!"

Nada. Nadie.
Volvió a cerrar la puerta. Se estaba acostando cuando volvió a escuchar el toquido.
"Ah que chamaca tan coqueta, e insistente..." --pensó Yomero mientras guardaba silencio. "Me está dando mis 'picones'..."
Y una vez más, el sonido de la moneda en el cristal de la puerta. Yomeró llegó de un salto hasta la puerta y abrió rápida y silenciosamente, tratando de sorprender a la susodicha y antes mencionada mujer. Pero nuevamente no había nadie... Yomero no entendía la táctica. Tocar la puerta y luego correr a esconderse no era lo que Yomero esperaba de una mujer de tierra caliente. Se volvió a acostar. Poco a poco, al fin el sueño le venció. Lo siguiente que escuchó fueron los gritos de la Muerte. "Córrele trinche Súper, que ya llegó el carro!"
Medio vestido y pegajoso, Yomero iba en el autobús, pensando en la odisea de la noche anterior. "Al rato que regrese a la pensión de Doña Febro, voy a investigar cuál sus hijas anda tras mis huesos. Su mirada la delatará..."
Fué un día muy largo, cavando una zanja en el tepetate, a pleno rayo de sol. Yomero tuvo que amarrarse un paliacate [de los de tela] en la frente para que el sudor no se le metiera en los ojos.
"Oye Muerte, ¿que será que algún diá terminemos la zanja? Ya llevamos varios dias y no avanzamos nada"
"Tú no te aflijas mi Súper"-- contestó la Muerte. "Tu nomás piensa que estás cobrando. Y si termina tu contrato y la zanja no, pus ya vendrá otro a seguirle"
Y así continuaron ese día hasta las mil ochocientas. Yomero subió al autobús que lo llevaría a descubrir a la causante de su desvelo. La intriga carcomía sus pensamientos. Volteó a ver a la Muerte para contarle lo que le había pasado, pero la Muerte en cuanto se subía al bus, se entregaba a los brazos de Morpheus.
Llegaron a TB [léase tí-bí] o sea Tierra Blanca y entraron a la pensión. Esta vez Yomero se hizo menso para no ser el primero en bañarse. Después de un buen baño de agua fresca, se vistió y se fué al comedor. Ahí estaban algunas de las hijas de doña Febro, cada quien en lo suyo.
Yomero se sentó y una de ellas le acercó un plato de sopa. Yomero la miró detenidamente, tratando de vislumbrar algún dejo de interés de parte de ella en su persona. Pero la niña se alejó sin mirarlo siquiera. "Indiferencia..." --pensó Yomero. "La mejor táctica..."
Terminó la sopa y luego el guiso. Otra de las hijas de Doña Febro trajo las jarras de agua. Todos los comensales platicaban de lo sucedido en el trabajo, por lo que nadie volteaba a ver a las muchachas. Yomero las observaba a todas, buscando ese indicio de culpabilidad que esperaba encontrar, pero todas le parecían culpables e inocentes a la vez.
Terminaron de comer y la Muerte le dijo "Que onda Supermán, ¿vamos a ir al centro?"
"Sale Muerte" --le dijo Yomero sintiéndose cada vez más experto en la vida cosmopólita de TB -- "pero préstame unos ropajes".
Mientras estaban sentados en el parque, mirando a las niñas pasar, a la muerte se le ocurrió una idea. "Y si vamos al cine mi Supercán?"
"Saco Muerte, nos vamos a ver muy chotos! Si quieres ve tu, yo me regreso 'pa la pensión"
"Amos, pus que tiene de malo? -- le decía la muerte. "Además, a que te quieres ir a encerrar con este calor"
Pero lo que Yomero quería era ir a ver a las hijas de Doña Febro, para así descubrir a su enamorada.
De todos modos se fueron al cine. Pero no vayan a creer que era Cinépolis V.I.P. Nooo! Era un cine bastante viejo y apestoso a puro pacuso. Y para colmo de males, ni clima tenía... Las películas que vieron, porque en ese entonces pasaban dos por el mismo boleto, no es posible mencionarlas en un blog decente como este [si requiere información acerca de las películas que vieron, escriba a rhernandez@correo.univo.edu.mx y a vuelta de correo la recibirá], pero puedo decirles que es de lo mas raro que a Yomero le ha pasado en toda su vida.
Salieron del cine, sudados como franela de lavacoches, y se fueron para la pensión. Yomero iba que se caía de sueño, pero la Muerte iba 'como la fresca mañana'. Y es que la Muerte se había dormido durante toda la función...
Cada uno se fué para su habitación. Ya ni se despidieron, porque toda la tarde anduvieron juntos. Yomero entró a su habitación y el negro ya estaba durmiento [por cierto, Yomero nunca lo conoció, porque cuando Yomero llegaba, el negro ya estaba dormido, y cuando Yomero se levantaba, el negro ya se había ido]. Se recostó e inició la lucha con los mosquitos [por cierto una especie muy rara de moscos, ya que utilizaban silenciador: Yomero jamás pudo ver ni oir a ninguno de ellos. Hasta llegó a pensar que todo era psicológico]. Y al rato, justo cuando el sueño por fin lo vencía, ya estaba ahí el toquido en la puerta. Dos veces. Tres veces. A la cuarta vez, Yomero se levantó y se acercó a la puerta. El toquido repetía, pero Yomero no podía ver a nadie que se acercara a la puerta a tocar. Esta vez no abrió. Pensó que quizás se estarían burlando de él.
El autobús pitó. Eran las 6:00 am. Yomero ya estaba listo esta vez, y la Muerte lo miró sonriente. En el camino a la Planta de Bombeo de Arroyo Moreno, Yomero comenzó a contarle su problema a la Muerte.
"Fíjate Muerte que una de las hijas de doña Febro, todas las noches [apenas iban dos XDD ] me ha ido a tocar la puerta. Pero cuando abro, se esconde. Y luego me vuelve a tocar. Y así varias veces durante la noche ¿Qué harías tú en mi caso?
--"A ver Supermán. Dices que todas las noches te ha ido a tocar la puerta?"
--"Si, me toca en la puerta con una moneda.
--"Y dices que cuando vas y abres la puerta, no hay nadie tocando?
-- "Ajá. Varias veces en la noche. Ha de querer ya sabes que... Tu Muertecita, que harías tu en mi caso?
--"Trinche Supermán, yo no sé por qué te dicen Supermán, si eres tan bruto. "
Continuará...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

por los lentes !!! por los lentes !!! le decían superman por los lentes !!!

Tikoh dijo...

En realidad si, un poco. Pero mas bien era por su maravillosa constitución física, su porte inglés y su excelente desempeño en algunas actividades físicas inherentes a lo varones... XDDDDDDD